De hecho, te vas a dar cuenta tú solo con un ejemplo, por qué no venden tus emails.
Además comprobarás que no tiene nada que ver con el sector al que pertenezcas.
Te pongo en situación

Newsletter de una asesoría y gestoría de empresas
(A priori uno de los sectores que me suelen decir que son “serios y aburridos”)
El objetivo del email es venderles una consultoría a los autónomos y a las empresas que tienen contratados autónomos y que están en su lista de suscriptores.
El email:
Asunto:
Evita esta escena de vergüenza ajena a toda costa.
Texto del email:
Tengo que contarte algo que viví con un compañero recientemente para ponerte sobre aviso.
Hace unos días fuimos a dar una charla a una empresa. Y como siempre, llegamos con tiempo de sobra, el reloj marcaba las 10.15 horas y nuestra cita era a las 10.30 horas.
Nada más entrar por la puerta empezamos a oír voces.
No se entendía lo que decían, pero claramente era una gran discusión a varias bandas.
Y así fue.
Mientras caminábamos por un largo pasillo hacia la sala donde íbamos a dar una charla sobre fiscalidad, vimos a unas 4 o 5 personas discutiendo a grito pelado.
No conocíamos a nadie, era una empresa con la que comenzábamos a trabajar ese día.
Y la primera impresión no puedo ni describirla. Mi cara debía de ser un poema.
Discutían en una habitación con 3 paredes de cristal, y casi contigua a nuestra sala.
Así que al final escuchamos todo.
– Me habéis tenido explotado, no he tenido ni vacaciones en casi dos años, y ahora ¿me hacéis esto? ¡No tenéis vergüenza!
A lo que alguien respondió:
– Teníamos un acuerdo y hay un contrato firmado
Y seguía
– ¡Qué bien os ha salido! pero esto no puede quedar así. ¡No lo voy a permitir!
De repente entraba otro y gritando más decía:
– ¡Haz lo que tengas que hacer! Intenta demostrar lo que quieras. Pero eras consciente de los pros y los contras desde el inicio y tú lo aceptaste.
Mi compañero y yo no sabíamos dónde meternos ni dónde mirar y la persona que nos acompañaba estaba soñando con meter la cabeza debajo del suelo como las avestruces.
Estábamos los tres sentados y callados (haciendo como que no pasaba nada) esperando a las dos personas de la empresa a quienes iba dirigida nuestra charla.
Llegaron con cara de vergüenza y se sentaron.
Pero la discusión no cesaba y los decibelios iban en aumento.
No tuvieron más remedio que invitarnos a un café y contarnos qué sucedía. No podíamos explicarles nada con esos gritos de fondo.
El problema, de forma muy resumida, era la figura del autónomo y del falso autónomo.
Y la historia no acabó bien para ninguno de los dos.
(Ni la empresa ni el autónomo salieron bien parados, cada uno por distintos motivos)
Hay gran desinformación al respecto tanto para unos como para otros.
Y puede llevar a problemas muy serios para ambos.
Y no solo eso, como pudimos comprobar, lleva a discusiones demasiado acaloradas y que pueden dejar en evidencia a una empresa de renombre.
Da igual que seas autónomo o una empresa que trabaja con autónomos. Si no quieres vivir una situación así o peor…
Hacemos consultorías rápidas sobre este tema.
Solicita la tuya aquí.
Un saludo
Marina.
Responsable de Grandes Cuentas.
Varias cosas.
En primer lugar, un email tiene que abrirse. Y conseguirlo es fruto de varios factores.
Empecemos.
Todos los días tenemos el buzón de entrada abarrotado de nuevos emails
– ¿cómo destacar y que nos lean?
Te puedes responder solo.
De todos esos emails que te llegan y que limpias cada día sin abrir ¿hay algún remitente que se salva?
Seguro que sí.
Y la razón es simple, por alguna razón te interesa lo que te va a contar o lo que puede haber dentro.
Esto es algo obvio, a un asalariado los emails de una asesoría de empresas pues no le interesan. Como no le interesan los emails sobre dietas a alguien que no ha hecho una dieta en su vida.
Pero hay otro ingrediente que es imprescindible y la mayoría no usa.
Si conjugas ambos, lo que obtienes son emails que son leídos e, incluso, guardados.
Y si a esto le añadimos constancia, lo que obtenemos son ventas.
No obstante, si eres de los que no tiene paciencia y quiere resultados inmediatos, olvida el email marketing.
No sigas leyendo.
Pero si lo que quieres es vender más aunque sea a medio plazo. Es tu mejor baza.
Aprovéchate de algo que muy pocos explotan bien a la hora de enviar emails y que es el ingrediente fundamental:
Entretener, contar historias.
(Exactamente como en el ejemplo)
- Si tus emails son entretenidos, se abren y se leen.
- Y si eres constante, poco a poco generas un vínculo de confianza más estrecho con el lector.
- Y gracias a ese vínculo, cuando tengan que comprar algo que tú vendes, te lo comprarán a ti.
Como ves no tiene que ver con lo que vendes, sino con cómo lo vendes.
Igual te descubro América, pero siempre, SIEMPRE vendemos a personas.
Aunque tu negocio sea B2B.
Y a todos nos gusta el entretenimiento, distraernos, las historias de otros…
Y huímos de lo aburrido.
Cuando me empiezan a decir:
“Encarna es que en mi sector eso no se puede hacer. No lo veo serio”
¿Contar historias, anécdotas o ejemplos reales de tu día a día no es serio?
¿Por qué?
Precisamente ese tipo de información es la que más valora un cliente potencial.
Se sienten reflejados, les ayuda a evitar errores cometidos por otros y lo más importante demuestras que eres una persona que trabaja para otras personas y no una…
“empresa con X años de experiencia, líder en su sector y que ofrece servicios personalizados en toda las áreas de…, bla, bla, bla”
(Ya me entiendes lo que te quiero decir)
Los que aplican lo que te estoy contando ya están cosechando frutos (muchos).
¿Qué te puede aportar una estrategia de email marketing bien hecha y bien ejecutada?
- Una lista de suscriptores que acaban siendo clientes.
- Clientes fieles que te comprarán cada vez más productos y servicios de mayor valor
- Una GRAN diferencia con tu competencia.
- Tener la sartén por el mango y no depender de ningún canal externo que no puedes controlar (Linkedin, Facebook, Google)
- Gran ahorro en publicidad
- Una estrategia de ventas estable y que funciona
Me reitero, si quieres poner en marcha una estrategia de ventas que te dé tranquilidad financiera el email marketing es tu mejor baza
¿Cómo empezar a trabajar tu email marketing?
- 1. Rellenas el formulario de contacto
- 2. Te contesto en 24/48 horas
- 3. Agendamos una videoreunión para conocer mejor tu situación y tu negocio y comprobar si soy la persona idónea para ayudarte (no trabajo con todo el mundo).
- 4. Si lo soy te paso presupuesto en el que también te especifico la mecánica de trabajo y un calendario aproximado de plazos de entrega.
- 5. Si lo aceptas. Comenzamos a trabajar.
Preguntas Frecuentes
Depende de varios factores, el principal es si tienes ya o no una lista potente de suscriptores o hay que crearla. A partir de aquí depende también de la frecuencia de emails que se quieran enviar o si se prefiere solo una secuencia de 10-12 emails en un autorespondedor.
Depende del momento en el que me pidas presupuesto. Por regla general, unas dos semanas después. No obstante, te lo indicaré en la propuesta y tú decidirás.
Sí, de hecho es el único servicio que tengo paquetizado (se llama: Al estilo Halbert), puedes leer la información al respecto en mi página de servicios.
Por regla general no. Pero si no tienes a nadie para que te maquete y envíe los emails a través de una herramienta de email marketing puedo hacerlo yo.
Depende de varios factores, el primero y más importante es si tienes ya una lista numerosa de suscriptores o empiezas desde cero. En este último caso los resultados tardarán bastante más. También depende del sector y del tipo de producto o servicio que se quiere vender. Pero siempre hablamos del medio plazo como mínimo. Si buscas un aluvión de ventas para pasado mañana no las vas a tener con el email marketing. Ahora, si tienes paciencia y quieres conseguir una estrategia con la que vender de forma sostenida en el medio plazo, el email marketing es el arma perfecta.
Desde mi propia experiencia y la de mis clientes sí. Es una inversión que se recupera con creces. Pero esto lo tienes que valorar tú. Tú sabes lo que quieres y necesitas para tu negocio y las consecuencias de hacer o no hacer algo.
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