Y frustra no hacerse entender ¿o no?
Puede haber diferentes razones para que ocurra esto.
La más importante es la falta de claridad (uso de palabras técnicas, estructuras o párrafos farragosos…)
La segunda es lo que se conoce como «la maldición del conocimiento».
¿Sabes que es?
Ocurre cuando alguien sabe mucho de un tema, ya que olvida cómo pensaba cuando no tenía ni idea o sabía menos.
Y esto hace que se nos complique ponernos en el zapato del otro.
Algo que afecta a nuestra comunicación si no nos damos cuenta de ello.
De ahí que un ojo externo sea tan importante.
Con todo ello quiero decirte que tus palabras son lo único que tienes para lograr conectar con tu audiencia y hay que saber elegirlas.
Su papel siempre ha sido fundamental, pero todavía lo es más en la era de Internet.
Son las únicas capaces de meter una idea o un mensaje concreto en la cabeza de tu potencial cliente.
Si eres claro, te entenderán y confiarán en ti.
Si comunicas tu diferencia, tendrás un lugar privilegiado en la mente de tus prospectos.
Si, además, eres persuasivo lograrás vender.
Y si no…
Perderás importantes oportunidades.
Yo ya aprendí estas lecciones y ahora... ayudo a otros.