“Si piensas que eres demasiado pequeño como para hacer una diferencia, es que no has dormido nunca con un mosquito en la habitación” (Proverbio africano).
Esta frase creo que no deja indiferente a nadie.
Y enseña, al menos, dos cosas importantes.
La primera es la obvia, lo que dice.
Y la segunda tiene que ver con lo que no dice, pero que los que nos dedicamos a escribir con la intención de activar emociones, percibimos enseguida.
¿Te lo imaginas?
La capacidad brutal que tiene para llevarte a esa noche en la que querías matar a alguien porque no podías atrapar a ese jodío mosquito que no te dejaba dormir.
Vamos, que casi casi te pones de nuevo de mal humor al acordarte.
Y fíjate, todo eso se ha conseguido con una frase de 23 palabras.
El poder de los mensajes si saben hacerte recordar momentos, sensaciones, experiencias, recuerdos…, es imparable.
No sé si eres de leer libros o no pero yo he llorado mucho leyendo, ¡y reído!
La lectura activa tu imaginación, tus recuerdos, tus deseos…
Por ello, es tan importante cuidar todo lo que escribes, especialmente si tiene que ver con tu negocio.
Lo que se lee, además, se recuerda mucho más que lo que se escucha.
Con respecto a la parte obvia de la frase, tengo que decir que en la era de Internet da igual los metros cuadrados de tu oficina o si trabajas en tu casa. Si quieres marcar la diferencia y tener visibilidad puedes hacerlo.
¿Qué se necesita?
Una estrategia de comunicación persuasiva.
Y cuidar todos los mensajes que pueda leer tu cliente potencial.
De ese modo te convertirás en un mosquito que nadie puede obviar.
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